viernes, 8 de mayo de 2009

Hombres más ligeros en The Darjeeling Limited

Probablemente, sea una de las personas menos confiables al momento de hablar objetivamente de Wes Anderson. Esto debido al inevitable sesgo favorable que presento respecto a sus películas; pero, aquel hombre que nunca ha sucumbido ante sus tentaciones: no tiene derecho a llamarse hombre. Así, llegó el momento indicado para platicar sobre The Darjeeling Limited, último largometraje del director antes mencionado.
Para los que no es primera vez que nos involucramos con el director, nos encontramos con más de los atributos únicos —y naturalmente encantadores— en los que nos ha venido envolviendo el director. Sobre todas las cosas, en primer lugar, se conserva la relación armoniosa entre la música y las escenas. Este fenómeno, debo decir, fue la carnada que me arrastró junto al director hasta el día de ahora. De alguna manera, el director y el colaborador musical se las arreglan para ensamblar escenas que no pueden ser escuchadas si no es con la música que ha sido designada para ella. Breve recuento: Needle in the Hay de Elliot Smith en The Royal Tenenbaums; Seu Jorge y cualquier escena de The Life Aquatic; y, por último, This time tomorrow de The Kinks en el filme del que ahora les platico.
En segundo lugar, se conserva el gusto por las tomas tajantes y descaradas que muy bien van de la mano con el tercer elemento: una cuota de humor ensombrecido que consecuentemente nos recuerda a la treta aparentemente insípida que puede ser la cotidianidad. Me atrevería a decir que es en esta conjunción de atributos en donde radica el disgusto de algunos espectadores por los filmes del director. Si así fuera, me parece muy razonable el sentimiento: estamos acostumbrados (bueno, algunos: estábamos) a que se nos presente, como espectadores, filmes que tienen un discurso muy bien definido: comenzar con un inicio llano, pero que se acerca a una pendiente positiva; continuar con un nudo irregular y terminar con un desenlace aliviador. Nada de malo hay en deleitarse en lo anterior; pero, tampoco existiría culpa en encontrar sensacional una trayectoria que se asemeja más al lento desenvolvimiento de lo ordinario y menos a una distribución normal de los eventos.
Todos estos elementos no serían nada sin la historia que el director y sus colaboradores quieren contar. Ahí es donde confluyen todos los atributos y presentan algo de valor al público. Con The Darjeeling Limited, se nos presenta la oportunidad de formar parte de la historia de tres particulares hermanos que se encuentran, quizá por falta de otras opciones, en un mismo viaje: uno que va liderado por un tren en el desierto de la India. No hace falta mucha perspicacia para tomar por símbolo la figura del viaje. El hecho es que durante esta travesía, ninguna religión o templo espiritual resulta tan efectiva en la obtención del resultado como lo es el hecho de hacer parte de uno mismo la historia propia y común de cada uno de los personajes. A diferencia de una producción taquillera, la cinta nos deja claro que ninguno de los tres personajes regresa absolutamente resuelto de la experiencia en la que se vieron envueltos; pero, mientras dejan caer el equipaje, nos sugiere que aunque no resueltos, los personajes se han transformado en hombres con más ligereza.
Talvez parezca que tardé mucho en escribir mi referencia sobre este filme en particular. Pero, no me resultó obvio sino hasta la quinta vez que lo observé que, en realidad, no hay nada más importante en él que la sugestión directa con la que este se refiere a la vida. Lo que quiero decir es que no hay que complicarse tanto: habría que ser como un filme de Anderson. Sencillo, tajante, cómico y, si se puede, acompañado de la música indicada.

1 comentario:

Carmen dijo...

el "lento desenvolvimiento de lo ordinario". Excelente critica a The Darjeeling Limites.
Aunque la comparación parece tirada por lo pelos, estos días estaba pensado en que la genialidad de Almodovar no consiste solamente en esas historias extrafalarias sino también en esas pequeñas escenas en las que se ven conversaciones comunes y corrientes como la conversación entre dos hijas y su madre.